Francia es un país lleno de historia, cultura y lugares impresionantes. Uno de los lugares más fascinantes que he visitado durante mi viaje por Europa es Mont Saint-Michel. Este hermoso pueblo se encuentra en una pequeña isla rocosa en la costa de Normandía, rodeado por la bahía de Saint-Michel. La isla es accesible a pie durante la marea baja, y se puede llegar desde la ciudad de Avranches en menos de una hora en coche.
Al llegar a Mont Saint-Michel, me quedé impresionado por la majestuosidad del lugar. La abadía de la isla se eleva sobre las estrechas calles empedradas y los edificios antiguos, creando una vista impresionante. La abadía fue construida en el siglo VIII y se convirtió en un importante centro de peregrinación en la Edad Media. Hoy en día, es uno de los lugares más visitados de Francia y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Caminar por las calles de Mont Saint-Michel es como viajar en el tiempo. Las casas medievales, las tiendas de souvenirs y los restaurantes tradicionales te transportan a la época en que la isla era un importante lugar de peregrinación. Además, hay muchas actividades para hacer, como paseos en carruaje, visitas guiadas y espectáculos de caballeros medievales.
Pero la verdadera joya de Mont Saint-Michel es su hermosa bahía. Durante la marea baja, puedes caminar por la arena y explorar los alrededores de la isla. También puedes unirte a una de las visitas guiadas para conocer más sobre la historia y la flora y fauna de la bahía.
En resumen, Mont Saint-Michel es un lugar que no te puedes perder en tu visita a Francia. Su encanto medieval, su impresionante abadía y su hermosa bahía te dejarán sin palabras. ¡No puedo esperar a volver y seguir explorando este maravilloso país!