La seguridad alimenticia es un tema muy importante en nuestra sociedad actual. Sin embargo, a menudo se pasa por alto una de las medidas más sencillas y efectivas para garantizar la calidad y seguridad de los alimentos: las fechas de caducidad.
En Europa, la normativa establece que todos los alimentos deben llevar una fecha de caducidad o de consumo preferente. La fecha de caducidad indica el último día en el que el alimento es seguro para su consumo, mientras que la fecha de consumo preferente indica el periodo durante el cual el alimento mantendrá sus propiedades organolépticas (sabor, olor, textura) y nutricionales en óptimas condiciones.
Es importante prestar atención a estas fechas y respetarlas para evitar intoxicaciones alimentarias. Muchas veces, por desconocimiento o por aprovechar los alimentos al máximo, tendemos a consumir productos después de su fecha de caducidad. Sin embargo, esto puede ser peligroso, especialmente en el caso de alimentos perecederos como carnes, pescados y lácteos.
También es importante tener en cuenta que la fecha de caducidad no se refiere solo al día en el que el alimento vence, sino también a las condiciones de almacenamiento. Por ejemplo, un producto que esté expuesto a altas temperaturas o a la luz solar directa puede deteriorarse antes de su fecha de caducidad.
En definitiva, es responsabilidad de todos prestar atención a las fechas de caducidad y consumo preferente de los alimentos para garantizar su seguridad alimenticia. No solo eso, sino que también contribuiremos a reducir el desperdicio de alimentos y a mantener una dieta saludable y equilibrada.